martes, 19 de abril de 2011

Somos diferentes







Cuenta la leyenda que un día, un samurai, conocido por su nobleza y honestidad, fue a visitar a un monje zen en busca de consejos.




Cuando entró en el templo donde el maestro rezaba, se sintió inferior y pensó que a pesar de haber pasado toda su vida luchando por la justicia y la paz, no se había acercado al estado de gracia del hombre que tenía frente a él.


-¿Por qué me estoy sintiendo tan inferior? -preguntó al monje-, me enfrenté muchas veces con la muerte y defendí a los más débiles, no tengo nada de qué avergonzarme. Sin embargo, al verlo meditando, he sentido que mi vida no tenía la menor importancia.


-Espera. En cuanto haya atendido a todos los que me han buscado hoy, te daré la respuesta -dijo el monje-.


Durante todo el día el samurai se quedó sentado en el jardín del templo. Las personas entraban y salían en busca de consejos y el monje atendía a todos con la misma paciencia y la misma sonrisa luminosa en su rostro.


El estado de ánimo del samurai iba de mal en peor, pues había nacido para actuar, no para esperar. Por la noche, cuando ya todos habían partido, insistió: -¿Ahora podrá usted enseñarme?


El maestro lo invitó a entrar y lo llevó hasta su habitación. La luna llena brillaba en el cielo y todo el ambiente respiraba una profunda tranquilidad.


-¿Ves esta luna qué bonita es?, cruzará todo el firmamento y mañana el sol volverá a brillar. Solo que la luz del sol es mucho más fuerte y consigue mostrar los detalles del paisaje que tenemos delante: nubes, árboles, montañas. He contemplado a los dos durante años, y nunca escuché a la luna decir: -¿Por qué no tengo el mismo brillo que el sol?, ¿es que quizás soy inferior a él?


-Claro que no -respondió el samurai-, la luna y el sol son dos cosas diferentes, cada uno tiene su propia belleza. No se pueden comparar.


-Entonces, ya sabes la respuesta. Somos dos personas diferentes, cada cual luchando a su manera por aquello que cree, y haciendo lo posible para tornar a este mundo mejor; el resto son solo apariencias.





jueves, 7 de abril de 2011

¿Cuál es el verdadero significado de la felicidad?

Me voy a morir, igual que tu. ¿Cuándo?, no lo sé. Y esta incertidumbre es un estímulo para vivir de forma consciente y plena. Vale, pero vivir... ¿de que forma? ¿Vivir "a tope"? ¿Lujos, despilfarro, desenfreno? No, no se trata de eso, aunque puede ser tentador y hasta es posible que muchos lo hayamos vivido parcialmente, en forma de "destellos" fugaces. Pero, ¿es eso realmente vivir? ¿Que nos hace ser verdaderamente felices? Quizá podemos empezar reflexionando sobre estas palabras del actual Dalai Lama: "Imagínate si todos viviéramos pensando únicamente en nosotros. Sufriríamos de gran manera. Cuanto más pensemos en los demás, más felices seremos".


Ahora cierra los ojos e imagina que solo te queda un minuto de vida. Analiza tu existencia, de forma sincera. ¿Cuál es el verdadero significado de la felicidad?